La evolución de los ‘señores del ladrillo’: de Bañuelos a Clemente y Viñolas

  • Colonial es la única que ha sabido resurgir de sus cenizas, a diferencia de Quabit
  • Aedas Homes ostenta el mejor consejo de ‘compra’ de todo el sector

Releer doce años después lo que significó el sector inmobiliario y promotor español se puede resumir en solo una idea: era, básica y primariamente, un mundo de excesos, en el que se llegó a servir paella para 20.000 comensales en Central Park a cuenta de Enrique Bañuelos, el creador y, después, enterrador, de Astroc.

Hasta que toda la industria se desplomó como un castillo de naipes cuando estalló la crisis en 2007 y los bancos cerraron el grifo de la financiación. Aún sorprende cómo aquellos empresarios forjados a golpe de espátula y ladrillo fueron capaces de convencer a los inversores utilizando trucos de magia de principiantes. Hoy, los herederos del inmobiliario español han cambiado el juego de trileros por hojas de Excel de datos financieros, que avalan sus planes de negocio para defender un mercado bursátil que vale hoy 15.000 millones de euros en bolsa, menos de un tercio de los cerca de 50.000 millones de euros que llegó a capitalizar antes de que explotara la primera burbuja nacional. El epicentro de aquella crisis fue Astroc, que hoy cotiza -lo que queda de ella, entre fusiones y reestructuraciones- bajo el nombre de Quabit.

Enrique Bañuelos fue el gran mago del ladrillo. Logró en 2006 sacar a bolsa una compañía desconocida, que llegó a subir un 1.000 por cien en el mercado meses después -hasta los 8.800 millones de euros de capitalización- sin el seguimiento de ningún analista, ni siquiera de quienes se habían encargado de su colocación.

Bañuelos, propietario del 51% del capital de la firma, compartió la lista Forbes de las personas más ricas del mundo con el mismísimo Amancio Ortega en el año 2007, quien tenía un 5% de Astroc a través de Pontegadea -todavía hoy su sociedad de inversión inmobiliaria-. De hecho, Bañuelos le utilizó para calmar a los inversores cuando la confianza flaqueaba y la acción comenzaba a tambalearse hasta hacer de Astroc el primer gigante con pies de barro en caer. Las cuentas no estaban claras, tampoco la honestidad de Bañuelos, y la deuda, esa variable a la que antes ni se consideraba como tal, terminó por devorar a la compañía.

«Cualquier inversión que nos planteamos carece de límite financiero. El dinero no es un problema«, decía airosamente Luis del Rivero, presidente de Sacyr Vallehermoso, cuando la deuda del grupo -que hacía desde infraestructuras hasta casas- multiplicaba por ocho su ebitda en 2006, hasta los 8.000 millones de euros. Hoy, de media, las tres promotoras cotizadas -Neinor, Aedas y Metrovacesa- presentan una deuda sobre ebitda media de 1,5 veces para 2020. «Los bancos saben que para nosotros es fácil devolver el dinero prestado», decía. Pero no lo fue, ni en su caso, ni en la inmensa mayoría, y acabaron en manos de las entidades acreedoras. Metrovacesa -la originaria– es un buen ejemplo. Joaquín Rivero logró que su compañía fuera la mayor inmobiliaria de la bolsa española y objeto también de una de las opas que calentaron más si cabe al sector inmobiliario en el mercado. En su caso, fue la familia Sanahuja -propietaria de Sacresa- la que intentó quedarse con parte de la compañía, para luego acabar cambiando su parte por una condonación de la deuda cuando Sacyr Vallehermoso entró en concurso, como otras tantas.

Fernando Martín (Martinsa) tras comprar Fadesa a Manuel Jove reconocería que se sintió «engañado»

Reyal Urbis fue fruto también de las operaciones corporativas que se reprodujeron en el sector ante la barra libre de dinero que daban los bancos. Antes de que explotara Astroc -en un principio, sin motivo aparente, según Bañuelos-, Urbis había subido un 233% en bolsa en los últimos tres años. Lo mismo que Metrovacesa, que se había disparado desde 2004 otro 256%; un 335% en el caso de Montebalito; Colonial, otro 205%, y el caso más astronómico fue el de Urbas, con un 1.155% de ganancias en bolsa. Otras, como Fadesa habían subido en el trienio previo al boom del ladrillo un 151%, entre otros motivos, porque en 2006 Martinsa lanzó una opa sobre la inmobiliaria. Fernando Martín se metió en un enorme lío por culpa, en gran parte, de las ansias de los bancos de inversión al comprar a Manuel Jove su participación. Se libró dos años más tarde de ser el responsable del mayor concurso de acreedores declarado en España hasta la fecha: 7.000 millones de euros de deuda. Años más tarde, Martín reconocería que se sintió «engañado». Y Jove, por su parte, ahora ha querido volver, en principio, imitando el modus operandi de los nuevos empresarios del ladrillo: ha ido comprando suelos baratos en tiempos de vacas flacas y se lanza a la promoción, al timón de Avantespacia, su inmobiliaria.

Las socimis y el alquiler

El renovado sector inmobiliario aspira a que España alcance una velocidad de crucero de venta de viviendas de obra nueva de entre las 120.000 y 140.000 al año, a partir de 2020-2021. De lograrlo, esta cantidad supone una cuarta parte de la cifra máxima que se alcanzó en 2007, en casi los 480.000 inmuebles. Pero existen dudas, basadas, primordialmente, en la baja o nula capacidad de ahorro de las generaciones más jóvenes, que se suma a que los bancos hoy no conceden hipotecas del 100% o, incluso por encima, como sí se hacía en los años de la burbuja. Y, de ahí, que el nuevo empresariado nacional buscara fórmulas alternativas como el alquiler. Así, en 2014 llegaron a España los denominados REITs, lo que se conoce aquí como socimis. Un año antes, Ismael Clemente fue conocido por el gran público cuando todavía era el responsable del fondo Magic Real Estate. Concedió lo que por entonces se consideró una polémica entrevista en televisión -para otros, quizás, fue más bien una encerrona- cuando España todavía adolecía de los excesos del inmobiliario. Ese fondo fue quien llevó a Merlin Properties a la bolsa en junio de 2014.

Lar España, firma especializada en centros comerciales, abrió la veda en febrero de ese año; le siguió Hispania en marzo -adquirida el año pasado por Blackstone-; luego Merlin y, por último, en julio llegaría Axiare -hoy propiedad de Inmobiliaria Colonial, que hace dos años cambió su régimen fiscal para reconvertirse también en socimi-. Los fondos de inversión que las llevaron a bolsa -mayoritariamente de capital extranjero- habían estado comprando durante los años de crisis, cuando aquí no le quedaba un duro a nadie y los inmobiliarios nacionales estaban arruinados.

Merlin Properties, firma especializada en el alquiler de oficinas y de logística, se ha convertido en la mayor compañía del nuevo inmobiliario en nuestro país, con 5.600 millones de euros de capitalización. La segunda en el ranking es Inmobiliaria Colonial, con 5.000 millones, de las pocas que ha seguido cotizando desde la crisis y la única que ha sabido recuperarse, algo que ni Quabit ni Inmobiliaria del Sur han conseguido. Hoy su valor en bolsa está todavía 2.000 millones de euros por debajo del pico que tocó en 2006, en los 7.000 millones, pero es la única que puede sacar pecho, al cotizar al mismo valor de los activos que tiene en cartera.

Pere Viñolas, coautor del libro Principios de valoración de empresas, junto a Xavier Adserà -mano derecha de Bañuelos-, asumió el liderazgo de Colonial en 2008. Diez años después, dio el paso de promotora a socimi y hoy cuenta con una cartera de activos repartida entre París, Barcelona y Madrid. Es la única que ha perdido el consejo de compra por parte de los analistas, pero lo hace después de anotarse una subida del 20% en el año y cuando el resto del sector cotiza con importantes descuentos sobre su NAV. Del 20% en el caso de Merlin y de hasta el 40% para Lar España, aunque lo suyo es algo particular del retail a nivel global -muy castigado en bolsa- y de la amenaza que suponen las ventas por Internet.

 

Lar España (Jon Armentia): Recompraremos el 8% del capital de Lar en año y medio ante el descuento de la acción
Lar España (Jon Armentia): Recompraremos el 8% del capital de Lar en año y medio ante el descuento de la acción

 

Al frente de Lar lleva toda una vida Miguel Pereda que ya compraba suelos en España cuando arrancó el siglo de la mano del sexto duque de Westminster, Gerald Grovesnor, considerado el británico más rico de su país, y con el que gestionaba al 50% el Grupo Lar Grovesnor, hasta su disolución en 2005.

Y los herederos de la promoción

Las nuevas promotoras inmobiliarias sí han tenido que desquitarse del fantasma -y de la mala fama- del ladrillo español. La nueva Metrovacesa, con Jorge Pérez de Leza al frente, se hartó de explicar a los inversores su cartera de activos en el momento de salir a bolsa en febrero del año pasado. Los problemas eran, básicamente, dos: el origen de sus suelos y la tipología y distribución geográfica, que nada tenía que ver con Aedas Homes y Neinor Homes, las dos firmas que habían llegado nuevas a la bolsa meses atrás. Éstas eran propiedad de dos fondos extranjeros, Castlelake y Lone Star, respectivamente, que se hicieron con suelo de primera calidad en las grandes capitales y luego las pusieron en mercado para poder abandonar el capital. Pero, paradójicamente, ha sido Neinor la única que ha reconocido ya dos profit warnings sobre su plan de negocio en el último año.

 

David Martínez: No veo ningún riesgo en el futuro de Aedas Homes que no hayamos previsto
David Martínez: No veo ningún riesgo en el futuro de Aedas Homes que no hayamos previsto

 

Y el miedo al ladrillo volvió, cuando todo hacía intuir un tercer boom hasta que el apetito inversor desapareció el verano pasado, entre otros, por temor a que sus objetivos sean demasiado ambiciosos. Sólo Aedas cuenta con un respaldo mayoritario de los expertos, aunque no logra escapar del castigo en bolsa.

La capitalización de las promotoras refleja, de media, el 60% de lo que valen sus carteras de activos. Un descuento que era algo «incomprensible» para personajes de la talla de Luis del Rivero hace una década.

 

 

 

No todo vale: la venta de varios edificios ‘prime’ se tuerce por sus elevados precios

El enorme optimismo que se experimenta en torno al mercado inmobiliario en Madrid ha inflado las expectativas de numerosos propietarios con activos a la venta

Uno y hasta dos años a la venta sin lograr encontrar comprador. El enorme optimismo que se experimenta en torno al mercado inmobiliario en Madrid hainflado las expectativas de numerosos propietarios con activos a la venta con precios que, a pesar de situarse en ubicaciones ‘prime’, se encuentran completamente fuera del mercado y disparados, según coinciden en señalar varios expertos a El Confidencial.

Orellana 1, Velázquez 70, Velázquez 21, Hermanos Bécquer 8 o plaza de la Independencia 8 son solo algunos de los ejemplos de edificios residencialesque salieron a la venta hace más de un año pero que no han encontrado comprador, a pesar de su buena ubicación, debido a las elevadas expectativas económicas de sus propietarios. Por el primero de ellos, de uso residencial, sus propietarios, una familia hotelera de Tenerife —Adrián Hoteles—, esperaban conseguir unos 30 millones de euros a principios de años. Una cifra, según los expertos consultados, muy alejada de lo que el mercado está dispuesto a pagar.

Orellana 1, Velázquez 70, Velázquez 21, Hermanos Bécquer 8 o plaza de la Independencia 8 llevan en venta más de un año por su elevado precioEstas mismas fuentes explican a este diario que los actuales dueños compraron el edificio en 2006-2007 a la familia Rato en pleno ‘boom’, justo el año antes de que pinchara la burbuja inmobiliaria, lo que explicaría un elevado precio que les permita recuperar parte de la enorme inversión —o al menos no perder dinero— que tuvieron que realizar hace más de una década. Entonces pagaron por el inmueble unos 28 millones de euros.

E. SANZ

No obstante, la transacción no está siendo sencilla. La cadena hotelera lleva más de un año intentando vender el edificio, que requiere gestión puesto que debe ser rehabilitado completamente. A principios de año, según ha podido saber El Confidencial, dio el mandato de venta a la consultora JLL, quien, en marzo, tras la primera ronda de contacto con potenciales compradores, no recibió ninguna oferta por el inmueble. En una segunda vuelta, por el contrario, se habrían recibido cinco ofertas, pero ninguna de ellas llegaría a 20 millones de euros, es decir, 10 millones por debajo de las expectativas del vendedor. «Se trata de un activo complicado para los promotores, ya que necesita gestión y se encuentra dentro de Madrid Central, lo que estaría dificultando, junto a su elevado precio, su comercialización», apuntan fuentes del mercado. Desde la consultora, no han querido realizar comentarios al respecto.

No es el único activo en dificultades para ser vendido por su elevado precio. Casi dos años es el tiempo que lleva a la venta el edificio situado en la calle Velázquez 21, un inmueble que pertenece a una rica familia de tapiceros, los Gancedo, dueños de la zona comercial de la planta baja y primera planta, mientras que el resto del edificio, la parte residencial, pertenece a una veintena de herederos —dueños de las viviendas—.

La venta arrancó en julio de 2017, tal y como adelantó El Confidencial, y aún no se ha conseguido cerrar la operación. La consultora Aguirre Newman —antes de su fusión con Savills— fue la firma elegida por los Gancedo para encontrar un comprador para la parte comercial del inmueble, mientras que CBRE se encarga de la parte residencial, lo que está dificultando la operación, ya que si un inversor quisiera hacerse con todo el edificio, debería abonar más de 50 millones de euros.

Precios inflados en un 20%

La ubicación del edificio es inmejorable, y la posibilidad de levantar viviendas de lujo también resulta, a primera vista, bastante apetecible. Sin embargo, han sido varios los factores que desde el principio han dificultado su venta. Por un lado, su elevado precio. La cifra que se está manejando de la zona comercial se mueve en torno a 19-20 millones de euros. Según datos del Catastro, estaríamos hablando de poco más de 2.000 metros cuadrados, lo que arrojaría cifras de más de 9.000 euros por metro cuadrado.

Velázquez 21 (izquierda) y Velázquez 23 (derecha).
Velázquez 21 (izquierda) y Velázquez 23 (derecha).

Por su parte, por los cerca de 4.500 metros cuadrados de superficie residencial, se están manejando cifras en torno a los 8.000 euros el metro cuadrado, o lo que es lo mismo, unos 35 millones de euros. Ambos precios, según los expertos consultados, son «muy elevados, incluso para una zona como Velázquez. Además, no podemos olvidar que el inminente cambio de ciclo ha llegado a la promoción de lujo«, explica un pequeño inversor. El edificio situado justo enfrente, en el número 23, se vendió en noviembre de 2016 por 40 millones de euros.

Estamos viendo valoraciones muy infladas, en torno a un 20% por encima de lo que los inversores están dispuestos a pagar

Por otro lado, el edificio tiene un nivel muy alto de protección, mientras que tampoco ha facilitado la transacción el hecho de que el edificio tenga varios propietarios. «Lo ideal es que quien compre la parte residencial compre también la zona comercial y viceversa. Especialmente desde el punto de vista de rehabilitación del edificio», señalaban hace unos meses varios expertos inmobiliarios. Asimismo, se trata de un activo que no tiene plazas de garaje, lo que limitaría su atractivo para una futura promoción de pisos de lujo.

«Muchos propietarios se han venido arriba y por encima de 10.000 euros el metro cuadrado es muy difícil vender. Obra nueva, por encima de esos precios, solamente encuentra comprador en Salamanca, Recoletos o Jerónimos», explica Óscar Larrea, director general de Engel & Völkers Madrid.

«Comprar a 7.000 u 8.000 euros el metro cuadrado de repercusión implica vender a 15.000, y a esos precios, no se vende. Muchos inversores están pensando en el comprador venezolano, pero este está ya de retirada, deben pensar más en el mexicano, que esperamos entre con fuerza en Madrid en el último trimestre del año», añade Larrea quien, no obstante, sigue mostrándose bastante optimista respecto al comportamiento del mercado inmobiliario en España. No en vano, la agencia especializada en la venta de viviendas de lujo ha puesto en marcha un fondo de más de 200 millones para invertir en residencial, logístico, terciario y de ‘coworking’, entre otros sectores en España.

Varios números más arriba, en Velázquez 70, se encuentra otro inmueble que ha estado a la venta hasta en tres ocasiones y en manos de diferentes comercializadoras, desde CBRE hasta Savills. Salió a la venta por 28 millones de euros, si bien los propietarios han rebajado sus expectativas y se estaría ofreciendo actualmente al mercado por 24. «En general, estamos viendo valoraciones muy infladas, en torno a un 20% por encima de lo que los inversores están dispuestos a pagar. El mercado está muy caro y, a pesar de que las ubicaciones son muy buenas, lo cierto es que el posible cambio de ciclo está dificultando mucho su venta».

E. SANZ

Otro edificio residencial con muy buena ubicación pero que tampoco consigue comprador se encuentra situado en el número 8 de la calle Hermanos Bécquer. Un inmueble propiedad de la familia Franco, que lleva meses intentando venderlo sin éxito. Según las fuentes consultadas, los nietos del dictador están pidiendo 45 millones de euros por un edificio que, según esas mismas fuentes, tendría un precio actual de mercado en torno a los 30 millones.

Por último, hay un activo que ha estado a la venta pero que ha pasado muy desapercibido, ya que se trata de una operación fuera de mercado. Hablamos de plaza de la Independencia 8 —o Alcalá 58—, frente al parque del Retiro. Un edificio con múltiples propietarios —la mayoría de ellos, herederos—, todos de la familia Bustamante, que lo han estado ofreciendo a potenciales compradores, inicialmente por 70 millones, y finalmente por la cifra histórica de 100 millones de euros, «después de que se extendieran los rumores de que Amancio Ortega, Cristiano Ronaldo o Sergio Ramos podrían tener interés en el edificio», concluyen las fuentes consultadas.

Fuente: www.elconfidencial.com

 

 

 

Madrid desbanca a Barcelona como destino preferido de la inversión extranjera

La Ciudad Condal era en 2016 la quinta capital europea más atractiva para el capital foráneo. En 2019, se ha visto relegada al noveno puesto, coincidiendo con el recrudecimiento del ‘procés’ y la gestión de Ada Colau en el Ayuntamiento.

En 2016, pocos meses después de que Ada Colau tomara las riendas de la gestión del Ayuntamiento de Barcelona, la Ciudad Condal era la quinta capital europea más atractiva para la inversión extranjera, mientras que Madrid ocupaba la octava plaza. Cuatro años después, las posiciones se han invertido: la capital de España ha escalado hasta el séptimo lugar y Barcelona se ha hundido hasta el noveno puesto, según refleja el informe European Attractiveness Survey 2019 de la consultora EY, que se presenta hoy. De hecho, un 8% de los directivos encuestados sitúa Madrid como una de las tres mejores ciudades europeas para invertir, mientras que ese porcentaje se reduce al 6% en el caso de Barcelona.

París destrona a Londres

Lidera el ránking París, que ante la incertidumbre generada por el Brexit, ha destronado a Londres como destino predilecto del capital extranjero en Europa. En 2015, el 52% de los ejecutivos consideraba la capital de Reino Unido como la ciudad europea más atractiva para el inversor foráneo; en 2019, ese porcentaje se ha desplomado al 25%, hasta el punto de que Berlín le pisa los talones con un 24%. El informe señala que las grandes empresas multinacionales «buscan ciudades donde el sector privado, los legisladores, las universidades y la comunidad financiera han conseguido desarrollar un ecosistema eficaz». Algo que Barcelona dejó de ofrecer hace tiempo. La controvertida gestión de Colau al frente del Consistorio, que ha hecho que Barcelona sea percibida en el exterior como una ciudad insegura e incluso con ciertas dosis de hostilidad hacia el turismo, y la intensificación del procés, que ha provocado el éxodo de miles de empresas de Cataluña en busca de la estabilidad y la seguridad jurídica que les fue arrebatada en la región, han resultado un cóctel demoledor para los intereses económicos de la ciudad.

Barcelona quedó descolgada de la carrera para albergar la nueva sede de la Agencia Europea del Medicamento tras el Brexit, pese a partir como una de las capitales favoritas, y los organizadores del Mobile World Congress (MWC) llegaron incluso a plantearse la cancelación del evento en su edición de 2018 ante la creciente inestabilidad política provocada por el procés. Aunque la sangre no llegó al río, el futuro de Barcelona como sede del MWC sigue pendiendo del hilo del pulso independentista.

Y si Barcelona se ha visto ahora desbancada por Madrid entre las preferencias de la inversión foránea, en el ámbito regional, la superioridad de la comunidad madrileña viene de lejos, alcanzando cifras abrumadoras. El año pasado, Madrid atrajo más de 39.900 millones de euros, un 85% del total nacional, frente a los exiguos 2.985 millones captados por Cataluña.

Fuente: expansion.com

 

 

 

El Gobierno y el Banco de España descartan una burbuja en el precio de la vivienda

La autoridad que vigila el mercado inmobiliario advierte de que los precios han llegado a un punto de equilibrio y de que a partir de ahora se debe vigilar su evolución

Ni el Banco de España ni el Gobierno aprecian indicios de burbuja en el mercado inmobiliario. En sus trabajos técnicos para preparar la nueva autoridad antiburbujas, el Banco de España no observa una sobrevaloración del precio de la vivienda. Eso sí, advierte de que se ha llegado a un punto de equilibrioy de que a partir de ahora se debe vigilar su evolución. En el programa de estabilidad remitido a Bruselas, el Ejecutivo sostiene que no hay un sobredimensionamiento del sector inmobiliario. Y el nuevo organismo creado por el Gobierno para advertir de los desequilibrios ha celebrado su primera reunión, en la que se ha analizado el comportamiento del crédito y se ha concluido que no hace falta emitir ninguna alerta. El BCE ha confirmado este diagnóstico.

Viviendas en la costa de la localidad malagueña de Estepona, con las grúas al fondo. PACO PUENTES EL PAIS

 

Presionado por Bruselas, el Gobierno se vio en la obligación de constituir una autoridad que prevenga del riesgo de otra burbuja, lo que en la jerga se conoce como un organismo macroprudencial. El Ejecutivo del PP lo pospuso. Pero, bajo el mandato de Nadia Calviño, el Ministerio de Economía aprobó su creación en marzo de 2019. Está compuesta por el Banco de España, la propia Economía y la Comisión Nacional del Mercado de Valores. La nueva autoridad macroprudencial consta de una comisión de trabajos técnicos y un consejo en el que se sientan, entre otros, el gobernador del Banco de España, la titular de Economía y el presidente de la CNMV. El pasado 1 de abril, el consejo celebró su primera reunión. En ella se analizaron los indicadores de crédito, y se concluyó que no era necesario publicar ninguna alerta. El BCE ha avalado este diagnóstico al revisarlo y no pedir un endurecimiento del acceso al crédito. Bajo este mismo esquema de supervisión de desequilibrios, otros países sí que han decidido tomar medidas para frenar el aumento del crédito.

De esta reunión no hay actas públicas, pero sí que se conocen los trabajos preparatorios publicados por el Banco de España en su informe de estabilidad financiera. “En su conjunto los precios medios de la vivienda acumulan un crecimiento del 22% en términos reales desde su nivel mínimo a principios de 2014, si bien permanecen un 31% por debajo de los niveles máximos alcanzados en el tercer trimestre de 2007”, sostiene el supervisor. Y añade que los datos “no evidencian indicios generalizados de sobrevaloración”. Si bien matiza que los precios ya se sitúan muy cerca de su nivel de equilibrio, esto es: no están ni sobrevalorados ni infravalorados. Y por tanto apunta que habría que empezar a vigilarlos, igual que ya dijo el FMI.

A continuación, cita una ristra de indicadores para justificar que la actividad inmobiliaria permanece en registros muy inferiores a los de la burbuja. El número de compraventas alcanzó en 2018 las 550.000 frente a las 885.000 anuales que se daban entre 2004 y 2017. La cifra de visados para construcción supuso el año pasado solo el 10% del pico de la burbuja. Mientras que antes de la crisis los bancos prestaban más del 100% de lo que costaba la vivienda en la mitad de las hipotecas concedidas, ahora solo dan más del 100% en el 10%. Lo cual certifica, según el Banco de España, que entre las entidades rige “una política crediticia más prudente”.

Además, la formación de hogares y la oferta de vivienda avanzan ahora a un ritmo “más acompasado”, remacha. Es decir, no se construye más de lo que en principio se necesitaría como ocurrió durante la burbuja. No obstante, admite una elevada disparidad regional en los precios. Y reconoce que el alquiler ha experimentado incrementos significativos que acusan sobre todo los jóvenes. “Habrá que esperar a la recepción de nuevos datos de precios de la vivienda para confirmar que su desaceleración reciente se mantiene y no se produce una sobrevaloración”, concluye. Es decir, insiste en la necesidad de un seguimiento.

Por su parte, el Ministerio de Economía también ha defendido que no existe una burbuja. En su programa de estabilidad enviado a Bruselas, afirma: “Al contrario que en etapas anteriores, el crecimiento no se sustenta en fenómenos insostenibles (crecimiento excesivo del crédito, sobredimensionamiento del sector inmobiliario, déficit excesivo de balanza de pagos por cuenta corriente y necesidad de financiación frente al exterior), sino que cuenta con fundamentos más sólidos”.

Entre los datos de crédito analizados por la autoridad macroprudencial, se presta especial atención a cuánto crece este en relación al PIB, una variable que no da señales de calentamiento. También se da mucha importancia a la balanza por cuenta corriente, que mide cuánto se toma prestado de fuera y que en 2007 alcanzó un déficit anual de unos 100.000 millones de euros. En estos momentos, “si bien continúa en superávit, se observa una tendencia decreciente en el saldo de la balanza por cuenta corriente”, advierte el informe de estabilidad. Por último, el Banco de España destaca que con las últimas informaciones “la probabilidad de subidas de tipos en un horizonte próximo es muy reducida”, un factor que facilita el pago de las deudas y que, en consecuencia, permite soportar precios más elevados.

PODERES PARA FRENAR EL CRÉDITO

Para detectar si hay una burbuja en ciernes o si existe algún tipo de riesgo serio para la economía, se examina hasta un centenar de indicadores definidos por la Junta de Riesgos Sistémicos, el ente europeo que aglutina todas las autoridades macroprudenciales. “Se consideran indicadores sobre desequilibrios de los precios de la vivienda, saldo de la balanza por cuenta corriente, intensidad del crédito y servicio de la deuda. Con información hasta septiembre, estos muestran ausencia de señales claras de riesgo sistémico cíclico”, dice el Banco de España. No obstante, a medida que arrojen signos de una desviación significativa, los supervisores tendrán que valorar medidas para frenar el proceso y que los precios del inmobiliario vuelvan a niveles de equilibrio. La nueva legislación que aprobó el Ministerio de Economía dota al Banco de España de sustanciales poderes para limitar el crédito.

Fuente: elpais.com

 

 

 

 

Contención de precios, menores márgenes y estabilidad.

El cambio de manos de estos últimos años de deuda y activos inmobiliarios (fundamentalmente en modo carteras), servicers (Solvia ha sido el último ejemplo), promotoras inmobiliarias y grandes patrimonialistas de terciario a favor de grandes fondos internacionales, institucionales e incluso soberanos, ha configurado un panorama inmobiliario en España nunca antes visto. Gran parte de los inversores nos ha traído un modus operandis de terminología anglosajona a la que rápidamente nos hemos adaptado y una toma de decisiones, en general, más ágil y pragmática. Estos últimos 3-4 años se han caracterizado por la carencia de suelo finalista, por la sequía urbanizadora de la crisis; la lenta digestión de grandes bloques de viviendas que provienen de los excesos de los años en que se iniciaban 700-800.000 viviendas; la gran subida de los alquileres de vivienda en los grandes centros urbanos, grandes márgenes en operaciones terciarias y residenciales de opportunity, etc. En un entorno de tipos de interés bajo mínimos si el mercado y sus agentes, que en definitiva somos todos, son capaces de que los precios inmobiliarios del suelo, vivienda y terciario se moderen y nos acostumbremos a menores márgenes en operaciones a corto y medio plazo, si se estabilizan los precios del mercado de alquiler y se sigue invirtiendo en infraestructuras, turismo, rehabilitación y reurbanización, tendremos garantizados años de estabilidad inmobiliaria en España.

 

 

 

Los fondos de inversión solo protagonizan el 12% de las compras de vivienda

Los extranjeros adquieren más pisos que nunca en España, según el Colegio de Registradores, que niega que exista una burbuja en el mercado.

No hay ningún riesgo de burbuja inmobiliaria. Es el mensaje que ha querido transmitir este lunes el Colegio de Registradores, que ha presentado su Anuario Inmobiliario de 2018 en Madrid. Una radiografía del mercado de la vivienda que muestra datos como que el año pasado se cerraron 516.680 operaciones, un 11% más. Entre ellas, el 82,5% fueron pisos usados y el 17,5% vivienda nueva.

Dentro de estas compraventas, solo el 12,8% estuvieron protagonizadas por personas jurídicas. La cifra, que llega hasta el 18% en Canarias, refleja que el mercado nacional sigue monopolizado por los particulares, que aglutinan hasta el 87,82% de las transacciones. Una posición que contradice las tesis de Podemos, que ha alertado en los últimos meses del papel que estaban desempeñando en la subida de los precios de la vivienda entidades como las socimis y los fondos buitre.

«Es un dato sano», ha destacado el director de relaciones institucionales, Fernando Acedo, durante la presentación del informe. Para el Colegio, existen otras muestras de que el crecimiento del mercado es «sostenido», como el tiempo medio de posesión de una vivienda, que según el anuario se establece en 14 años y ocho meses, máximo de la serie histórica. Para Acedo, esto demuestra que «la vivienda se compra para ser usada». Y aunque desde el Colegio admiten que un alto porcentaje de estas adquisiciones se destinan al alquiler, consideran que esta también «es una forma de crear riqueza».

La estadística de los Registradores también hace referencia al mercado hipotecario, que alcanzó los 346.366 préstamos en 2018, un 11,5% más que el año anterior. Pese a ello, la estadística (que no se ha visto afectada los vaivenes jurídicos del Supremos con el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados) supone una cuarta parte de las 1.316.262 hipotecas que se concedieron en 2006. «Tras seis años de crecimiento, percibimos que el aumento sigue siendo progresivo y paulatino», ha apuntado Acedo,

Eso sí, el estancamiento de los sueldos producido en los últimos años ha provocado que el pago de este préstamo se coma cada vez más porcentaje del sueldo. En 2018, el pago de la hipoteca representaba el 30% del salario de los españoles. En Baleares, sin embargo, esta cuota se disparó hasta el 45%.

El Brexit pasa de largo

Respecto al papel de los extranjeros en el mercado, el Colegio apunta que estos alcanzaron cifras récord en 2018, cuando alcanzaron las 65.400 operaciones, el 12,7% del total. En regiones como Baleares y Canarias, no obstante, su presencia crece hasta el 30%.

Los británicos siguen siendo los grandes protagonistas en este segmento, representando el 15,% de las operaciones acometidas por extranjeros. Por detrás se sitúan los alemanes (7,5%), franceses (7,4%), belgas (6,3%) y suecos (5,8%). «No hemos percibido un impacto en el mercado tras el Brexit», ha destacado el director de relaciones institucionales del Colegio.

Los compradores foráneos también registran un resultado récord en el mercado hipotecario, donde alcanzan las 23.000 operaciones, máximos de la última década. A nivel nacional, supone un 6,7% del total, pero en regiones costeras este porcentaje crece hasta el 10%.

La compleja tarea de elaborar un índice del alquiler

El Colegio de Registradores también ha hecho referencia a la posibilidad de elaborar un índice oficial sobre el mercado del alquiler, un ambicioso plan que se ha puesto como objetivo el Gobierno en un plazo de ocho meses. «Es un proceso difícil y complejo. Primero tenemos que ver qué consideramos alquiler de vivienda y luego escoger bien las fuentes», han destacado desde el organismo.

Fuente www.abc.es: Los fondos de inversión solo protagonizan el 12% de las compras de vivienda

 

 

 

Invertir en Madrid

Madrid, capital del Reino, centro administrativo del Estado, ciudad de negocios, de ocio, finanzas, sede las principales multinacionales españolas y de grandes compañías extranjeras, capital cultural del Estado, ciudad cosmopolita y bullanguera, moderna y a la vez provinciana, futbolera, ludópata, gastronómica y lujuriosa, donde los madrileños pasean con las manos en los bolsillos como nadie en el mundo y por la noche se duerme poco y se baila mucho, ciudad acogedora por excelencia, Madrid bien merece una misa. Centro de Castilla, poblachón manchego, ombligo del mundo, lugar de tránsito de tres continentes, donde todos quieren tener un sitio para disfrutar de los pequeños placeres de la vida; un caldo, unos huevos rotos, unas porras, un cuadro, un partido de tenis o de fútbol, una ópera, un beso en el Retiro sabe mejor, las campanadas, las fuentes, un paseo en barca… En Madrid las crisis se pasan menos mal, el bullicio se traslada a la calle, el consumo se reprime menos, la vida se disfruta de otra manera, el lugar de España donde todos los forasteros quieren tener una casa, donde la soledad no tiene término medio, donde suena un bolero y se quiebra una voz, ciudad de niños y viejos, estudiantes e inmigrantes que se hacen chelis, donde anidan las aves migratorias y se esconden pájaros de toda calaña. A pesar de estos últimos y de los políticos que no la quieren, Madrid les sobrevivirá, nos sobrevivirá, es un valor refugio, una inversión segura. Los precios de la vivienda suben, apenas hay obra nueva y los jubilados se desesperan, se rehabilita más y hay que darse prisa porque viene mucha más gente para acá, Madrid citta aperta, tiene recorrido de siglos, ya lo decían Lope y Cervantes o si no nos lo inventamos, hay que invertir en Madrid.

Los fondos inmobiliarios en España

Vinieron para quedarse cuando la prima de riesgo superaba los 600 puntos básicos y nos acercábamos al abismo, cuando Europa rescataba las primeras Cajas de Ahorro y nos invitaba a crear la Sareb. Los Bancos y Cajas, sobre todos estas últimas, se quedaban noqueados en la lona de la quiebra técnica, enladrillados con unas tasas de mora que ni en sus peores escenarios hubieran imaginado y, mientras pensaban que qué había pasado, se quedaban con la mirada perdida sin saber muy bien qué hacer. El sistema financiero había quedado tocado para siempre. El pesimismo se instalaba inexorablemente y al calor del desplome del mercado inmobiliario que había tocado techo en 2007 llegaban a España Fondos inmobiliarios dispuestos a invertir su dinero con nombres de árboles o estrellas de los que nunca antes habíamos oído hablar. Y la verdad es que venían bien asesorados, esto es Europa, España es un país amable, se come bien, tiene mucho sol, rodeado de mar y buenas playas, grandes infraestructuras, deportistas o cantantes internacionales triunfadores, equipos de fútbol que lo ganan todo, un país tradicional con 500 años de antigüedad, la gente es vividora, le gusta la calle, es emprendedora y tiene ganas de trabajar. Y la verdad es que acertaron. Trajeron su liquidez cuando más la necesitábamos, han ganado dinero, bastante a decir verdad, porque a eso venían, y encima se están divirtiendo. Y la verdad es que hay que decir que gracias a ellos el sector inmobiliario, al albur de la economía, se ha revitalizado, ha vuelto a resurgir. Y lo mejor de todo es que han comprado casi toda la deuda inmobiliaria que estaba en manos de los Bancos, zapatero a tus zapatos, y les quedan como mínimo unos 5 años para gestionarla y sacarle la TIR que tenían prevista. Y lo gestionan de otra forma, con mayor pragmatismo, a otra velocidad, echándole todas las horas que sean necesarias, más intensidad y a veces con más imaginación. Tampoco exageremos porque no todo es bueno, ya tendremos ocasión de hablar de ello. Pero el balance es, en todo caso, mucho más positivo que negativo. En este entorno Athlanta se hace acreedor de esa forma de trabajar y la hace suya; con pragmatismo, velocidad, intensidad, creatividad y experiencia.

 

 

 

Nace Athlanta

Cuando nace un proyecto que ya es una realidad, no sabemos si perdurará, trascenderá, morirá de éxito o de aburrimiento en el metro de Moscú, como decía un conocido político hace ya muchos años. Pero lo que es cierto es que nace con ilusión, con empuje, robando horas al día, buscando los mejores asesores y compañeros de viaje, el mejor emplazamiento y los mejores clientes. Lo hace con esfuerzo, porque si eso no hay nada, con tesón, los proyectos son de los cabezotas, con ideas, con la confianza que te dan las relaciones, al final que no son otra cosa que las personas, y con la experiencia que te da un sector al que te tienes que apasionar: el inmobiliario. Recuerdo hace unos años que un alto directivo de un gran Banco hablaba de este sector como el de las piedras. Qué mal me sentaba, ese hombre no había entendido nada, creo que ahora se dedica a la tecnología, a la nube y eso. No, no. Prefiero mucho más que se hable del ladrillo, he visto constructores que abandonaban el cóctel de entrega y dejaban la alfombra y se iban a pisar la obra, el barro, promotores que cuando visionaban un suelo que estaban comprando se quedaban por un momento fuera de sí imaginando sus casas ya terminadas, inmobiliarios puros y duros que van por la calle más que viendo oliendo los edificios ordenándolos en su cabeza como un monopoly, urbanistas que toman el lápiz mágico y te dibujan la ciudad en cuadrícula de Mileto por el campo, pero es que la ciudad siempre crece por el campo y a este no se le puede poner puertas, algunos no se enteran, arquitectos que se rompen la cabeza para distribuir viviendas imposibles. En la cabeza de todos ellos he visto la pasión por lo inmobiliario, por un sector cuya materia prima está a nuestro alrededor todos los días y a todas horas. Porque cuando compramos o alquilamos una vivienda, pasamos por una carretera o tomamos un autobús, decenas de personas pensaron, trabajaron, planearon, le echaron horas con aquellos proyectos que ahora son realidad. Así nace Athlanta como una pasión por un sector que es el inmobiliario que perdurará siempre y que sólo los que lo conocen bien saben de lo que estamos hablando. Alea jacta est.