madrid

Contención de precios, menores márgenes y estabilidad.

El cambio de manos de estos últimos años de deuda y activos inmobiliarios (fundamentalmente en modo carteras), servicers (Solvia ha sido el último ejemplo), promotoras inmobiliarias y grandes patrimonialistas de terciario a favor de grandes fondos internacionales, institucionales e incluso soberanos, ha configurado un panorama inmobiliario en España nunca antes visto. Gran parte de los inversores nos ha traído un modus operandis de terminología anglosajona a la que rápidamente nos hemos adaptado y una toma de decisiones, en general, más ágil y pragmática. Estos últimos 3-4 años se han caracterizado por la carencia de suelo finalista, por la sequía urbanizadora de la crisis; la lenta digestión de grandes bloques de viviendas que provienen de los excesos de los años en que se iniciaban 700-800.000 viviendas; la gran subida de los alquileres de vivienda en los grandes centros urbanos, grandes márgenes en operaciones terciarias y residenciales de opportunity, etc. En un entorno de tipos de interés bajo mínimos si el mercado y sus agentes, que en definitiva somos todos, son capaces de que los precios inmobiliarios del suelo, vivienda y terciario se moderen y nos acostumbremos a menores márgenes en operaciones a corto y medio plazo, si se estabilizan los precios del mercado de alquiler y se sigue invirtiendo en infraestructuras, turismo, rehabilitación y reurbanización, tendremos garantizados años de estabilidad inmobiliaria en España.

 

 

 

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