La gestora ha registrado esta semana cuatro productos, tres de ellos invierten en deuda periférica y otro en renta fija euro. De este modo, Bankinter Gestión de Activos se une a otras gestoras que han lanzado recientemente productos de similares características, como CaixaBank AM y Gestifonsa.
Los nuevos vehículos son Bankinter Deuda Pública 2024, Bankinter Deuda Pública 2025 y Bankinter Deuda Pública 2026. Según consta en sus folletos, los tres invierten invertirán un mínimo del 80% del patrimonio, ya sea directa o a través de otras IIC (máximo 10%), en renta fija pública, mayoritariamente italiana y española. Lo único que varía es el vencimiento de la cartera, que varía del 2024 en el caso del primero, al 2025 en el segundo y el 2026 en el tercero (al menos el 70% de ella).
En paralelo, la lanzado Bankinter Horizonte 2025, un fondo que invertirá en renta fija privada (tiene un mandato de tener al menos el 50%), estando el resto en pública de mercados de la OCDE y pudiendo tener hasta un 10% en emergentes. En cuanto a la duración de la cartera, al menos el 70% tendrá vencimiento esperado en 2025 o primer trimestre de 2026.
Mientras que los fondos Bankinter Deuda Pública 2024, Bankinter Deuda Pública 2025 tienen un coste de suscripción del 1% más el 1% de reembolso, Bankinter Deuda Pública 2026 nace con dos clases de participaciones: la clase D, de reparto, que abonará cuatro repartos anualmente desde los años 2023 a 2026; y la clase R, de acumulación. Ambas tienen una inversión mínima de una participación y solo tendrán una comisión del 0,15% pero se cerrarán cuando el patrimonio del fondo alcance los 400 millones.
¿Buen timing?
Lo cierto es que el timing con el que se han registrado los nuevos productos ha sido muy oportuno. El pasado día 25 de septiembre la coalición de derechas liderada por Giorgia Meloni ganó por un cómodo margen las elecciones italianas y se asegurará alrededor del 55% de los escaños en ambas cámaras del parlamento.
Aunque el resultado electoral se ha ceñido a las expectativas y se confía en la disciplina fiscal del nuevo gobierno, los mercados de deuda evidencian cierta preocupación. La prima de riesgo italiana (el diferencial con el bono alemán) escalaba en la sesión post electoral por encima de los 240 puntos básicos, superando los 242 puntos en los que estableció su máximo anual el pasado junio, antes de que el BCE anunciara un plan para contener la escalada de las primas de riesgo.
Si hay un aprendizaje clave que adquirimos tras situaciones complejas o de crisis es que siempre surgen nuevas tendencias que, aprovechadas de manera óptima, pueden favorecer un entorno económico más competitivo, innovador y equilibrado. En definitiva, una manera distinta –y probablemente mejor– de hacer las cosas. En el caso del sector de la banca de inversión, esto ha sucedido con el mercado de las carteras de los conocidos como activos no productivos (Non Performing Assets, NPAs, por sus siglas en inglés) que ha evolucionado de forma relevante y es ahora más maduro, profesionalizado y cuenta, sin duda, con un gran potencial y nuevos retos.
Para comprender esta evolución y el cambio fundamental que se ha dado en este mercado es necesario retroceder más de una década. Si nos trasladamos a los años 2010-2012 (en pleno auge de la crisis financiera mundial iniciada en 2008), nos encontramos con un mercado boyante, que se generó por necesidad. En ese contexto, dominado por las reestructuraciones bancarias, un nuevo marco regulatorio y la creación de la Sareb, se llevaban a cabo más de una veintena de operaciones al año y se llegaron a desinvertir más de 150.000 millones de euros en 6 años con transacciones relevantes. ¿El objetivo? Lograr sanear los lastrados balances de la banca y poder ayudar a reflotar la economía a través de la reactivación del crédito de las empresas y hogares de forma saludable.
La descrita coyuntura económica ha derivado en un mercado español de NPAs altamente profesionalizado. De hecho, grandes fondos inmobiliarios, de deuda, y especializados han situado a España como uno de los hot spots europeos en tamaño de mercado y volumen transaccionado en los últimos años. Un reflejo de esta evolución es la profesionalización y crecimiento de los servicers como plataformas para industrializar la gestión y restructuración de NPA. También, hemos visto reflotar el mercado de titulizaciones para dar salida a nuevas estructuras de desinversión de este tipo de activos, especialmente en el mercado secundario.
A pesar de ser un mercado actual más maduro con vendedores más saneados y con ratios de solvencia cumplidos, podemos afirmar que España sigue presentando grandes retos con más de 200.000 millones de euros de volumen en activos improductivos en manos de bancos, fondos y Sareb.
En este contexto, el nuevo mercado de NPA está generando entornos distintos a la pasada crisis. De hecho, sigue habiendo una necesidad clara de desinversión de activos no productivos, pero de una forma más eficiente, dando entrada a un gran mercado minorista y de nichos (mid-market) donde se ponen en venta carteras de menor tamaño y operaciones singulares de deuda compleja (single names).
La nuevas carteras nicho son más homogéneas y se transaccionan a través de procesos exclusivos en los que se ofrecen atractivos incentivos a los inversores en forma de mecanismos de recurrencia y estructuras financieras creativas. La mayoría de los grandes bancos en España ya han transaccionado con este modelo en 2022, permitiéndoles desinvertir con menor impacto contable y sirviendo además de imán para la atracción de nuevos inversores extranjeros al reducir sus barreras de entrada.
Concretamente, desde el lado comprador, y en parte motivado por la disminución de grandes transacciones en mercado durante los periodos de confinamiento, ha habido cambios significativos. Unido al relanzamiento del mercado secundario de carteras, con muchos de los principales fondos lanzando a mercado los remanentes de sus carteras adquiridas entre 2012 y 2017, los inversores han sofisticado su apetito buscando alternativas de inversión que se ajusten a su tesis inicial abriendo nuevos horizontes en el mundo de la financiación estructurada y el real estate (con la creación de vehículos de inversión promotores o hoteleros con operadores especializados).
Por otro lado, estamos asistiendo al nacimiento de un mercado de operaciones nicho de single names tanto desde el ángulo de deuda como el de restructuración inmobiliaria. Tanto vendedores como inversores requieren cada vez más de la participación de asesores especializados para dar apoyo en estos casos complejos de deuda que traen anexas claves legales, concursales, financieras e inmobiliarias.
Tras dos años fundamentalmente marcados por la pandemia, con el impacto socioeconómico que ha tenido, y a lo que se ha sumado la compleja situación macroeconómica ligada a la inflación, cabe esperar una relevante reactivación de este mercado. Concretamente, el incremento de la morosidad, el aumento de concursos tras la moratoria y el impacto del fin de los créditos ICO van a contribuir a seguir situando al mercado de NPA en primera línea de actividad donde el rol de asesores financieros y legales será fundamental para ayudar a los principales agentes económicos del mercado. De hecho, se espera un impacto de más de 20.000 millones de euros de NPA adicionales solo fruto del impacto de la pandemia en España, a lo que habría que sumar el impacto de las perspectivas macroeconómicas actuales con la subida tipos y la inflación en escalada.
En definitiva, estamos asistiendo al nacimiento un mercado alternativo (y necesario) de todo tipo de situaciones especiales de deuda y de complejidad inmobiliaria, heredero del mercado original de carteras de NPA, y que sin duda presentará nuevos retos en el contexto macroeconómico actual después de la pandemia. Resulta evidente el potencial recuperador para la economía que presenta la evolución del mercado de NPA en España, y sigue siendo de actualidad, con el auge del nuevo canal minorista de carteras y la entrada de nuevos fondos en el mercado español. Además, la diversificación de las estrategias de inversión es una realidad cada vez más latente con el crecimiento de la inversión en single names, nuevas joint-ventures inmobiliarias y el auge de la financiación alternativa ayudando a restructurar negocios viables en dificultades. No cabe duda de que las situaciones de crisis nos ponen a prueba, pero si nos adaptamos y abrazamos las nuevas tendencias, lograremos consolidar la evolución hacia un modelo de mercado que, con seguridad, aportará valor a la totalidad de la economía.
Javier Rexach Vega es Socio fundador de Special Situations Group de GBS Finance
Bain & Company pronostica que la demanda de servicios de gestión de patrimonios aumentará en más de 500.000 millones de dólares en 2030, lo que equivale a duplicar el tamaño del mercado registrado en 2021.
La consultora estratégica Bain & Company pronostica que la demanda de servicios de gestión de patrimonios aumentará en más de 500.000 millones de dólares en 2030, lo que equivale a duplicar el tamaño del mercado registrado en 2021, según su estudio sobre el mercado de la gestión de patrimonios: “In a New World: Time for Wealth Management Firms to Shift Course”.
Este estudio muestra que la gestión del patrimonio, junto con la eficiencia del capital y los flujos de ingresos recurrentes, tiene el potencial de ayudar a cualquier empresa matriz a duplicar su capitalización bursátil. Sin embargo, hacer posible este objetivo se ha vuelto más difícil debido a la aparición de clientes con prioridades diferentes, que demandan nuevos modelos de servicio, nuevos productos y nuevos modelos económicos.
“Las nuevas generaciones de clientes demandan, cada vez más, modelos de gestión mucho más personalizados y remotos, productos alternativos como criptomonedas y/o socialmente responsables, y son mucho más sensibles al precio. Esto último se ha visto reflejado en el increíble aumento de la inversión en productos de gestión pasiva, como los ETF, en los últimos años”.
Juan Carrasco, socio asociado de Bain & Company en Madrid
Cómo llegar a los clientes de la Generación Y y Z
Los cambios demográficos y la expansión de la riqueza en el mundo están creando nuevos grupos de clientes. Se calcula que 250 millones de potenciales clientes de la Generación Y y Z -los nacidos entre 1981 y 2012- tendrán unos ingresos anuales superiores a 100.000 dólares en 2030.
Bain & Company estima que entre 2021 y 2030 se producirá un aumento de 90 billones de dólares en activos líquidos entre todos los inversores, de los cuales 40 billones procederán de particulares con activos de entre 100.000 y 1 millón de dólares. América y Asia-Pacífico estarán a la cabeza.
“Los nuevos clientes más jóvenes son más autónomos y autodidactas.Aunque en general estos clientes emergentes quieren un servicio digital, para sus decisiones más difíciles quieren interacción humana, lo que requiere un enfoque híbrido de muy alta calidad”.
Markus Habbel, socio de Bain & Company y responsable del departamento de gestión de patrimonios y activos de la firma
Cómo responder a las diferentes prioridades de cada producto y oferta
Según Bain & Company, conforme crecen los segmentos emergentes, también lo hacen sus prioridades:
Criterios ESG. El 75% de los millennials con mayor poder adquisitivo consideran que los criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG) son un factor importante a la hora de tomar decisiones para invertir. Bain & Company prevé que los activos relacionados con criterios ESG representarán alrededor del 46% de todos los activos gestionados en 2030, frente al 33% actual.
Mercados privados. El rápido crecimiento y el excelente rendimiento de los mercados privados, en relación con los públicos, ha despertado el apetito de los inversores, qué ha impulsado a varias empresas tecnológicas de gestión de activos a ampliar el acceso al capital privado y a deuda.
Activos digitales. Las empresas públicas que emiten criptodivisas alcanzaron una capitalización de 2,2 billones de dólares, pero a mediados de mayo descendieron a 1,3 billones. Sin embargo, en los próximos cinco años, muchos asesores esperan invertir entre el 1% y el 5% de las carteras de sus clientes en activos digitales. Juan Carrasco comenta: “las variaciones en la capitalización de estas compañías están directamente relacionadas con la caída de valor de las principales criptomonedas. Por ejemplo, el valor del Bitcoin en la actualidad se sitúa en los 20.000 euros aproximadamente, menos de la mitad del máximo valor de 2022 que alcanzó en marzo, en torno a los 43.000 euros”.
Respuestas a la jubilación. Ante la jubilación de la generación del baby boom, que está pasando de los planes de prestación definida a los de aportación definida, los inversores buscan soluciones creativas para mantener un nivel de vida cómodo. Juan Carrasco añade: “observamos una fuerte apuesta por parte de muchas instituciones financieras en la creación de productos que tienen como objetivo mantener el nivel de vida después de la jubilación. Un ejemplo claro es la hipoteca inversa”.
Ampliar los nuevos modelos de prestación de servicios de alta tecnología y personalizados
Para que las gestoras de patrimonios logren crecer en el futuro, tendrán que crear una propuesta de valor más accesible para los inversores más jóvenes y con menos activos líquidos que las generaciones anteriores. Para ello será necesario crear un modelo de servicio que aproveche activamente las herramientas y los canales digitales, y reserve las interacciones humanas para los asuntos críticos o complicados, lo que permitirá a las empresas aumentar la proporción de clientes por asesor hasta unos 300. Una tendencia similar, en cuanto a ampliar el atractivo de marca y el alcance, ha revitalizado el sector de los bienes de lujo, por ejemplo.
Estas tendencias continuarán generando un mayor rendimiento a escala. El estudio de Bain & Company estima que los rendimientos son un 35% más altos con un modelo intensivo en lo digital en comparación con los modelos tradicionales. Para conseguir la ventaja competitiva de una mayor escala, muchas empresas recurrirán a las fusiones y adquisiciones.
Aprovechar los modelos de negocio emergentes
Las empresas de gestión de patrimonios que salgan adelante en este nuevo mundo se plantearán uno de los tres modelos de negocio emergentes:
Proveedor de plataformas integradas. Grandes empresas con competencias y conocimientos diferenciales, capaces de crear productos y generar perspectivas relevantes y con acceso a oportunidades de inversión de calidad tendrán una clara ventaja. Las compañías han de intentar llegar a los clientes con menor poder adquisitivo por medio de la democratización de su oferta a través de herramientas y canales digitales que ofrezcan una mejor experiencia.
Especialistas en la captación de clientes. Este modelo se basa en el acercamiento a los clientes a través de equipos de asesores altamente eficaces o líneas de negocio adyacentes. Una característica distintiva de este modelo es el asesoramiento integral a los clientes.
Proveedor especializado. Este modelo de negocio ofrece una propuesta de valor altamente adaptada a un segmento de clientes específico. Aunque su escala es menor, se distingue por ofrecer un asesoramiento y unos productos muy ajustados a las necesidades del cliente, y que no pueden ofrecer y/o no recibirían de los competidores de mayor tamaño.
España batió un récord histórico en inversión inmobiliaria en el primer semestre
Los diferentes tipos de activos inmobiliarios siguen siendo los favoritos de los altos patrimonios, ante la alta inflación que se ha venido registrando, la invasión de Ucrania y las subidas de tipos por parte de los bancos centrales.
«Hay muchas razones para ello. Podemos decir que son activos tangibles y se pueden ver al pasear por las zonas donde están ubicados, generan rentas ligadas a la inflación que ayudan a mantener un alto nivel de vida, en momentos de turbulencias de los mercados su valoración no sufre cambios visibles y generalmente no dan dolores de cabeza», explicó a Europa Press el director de Real Estate de iCapital, Martín de Abbad.
El especialista señaló que al analizar el patrimonio de un cliente, este suele tener un porcentaje significativo de su patrimonio en activos inmobiliarios, principalmente de la rama residencial. Además, los asesorados muestran un alto interés en poder seguir aumentando su peso en esta clase de activos frente a otras inversiones.
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No obstante, De Abbad recordó que los activos inmobiliarios también pueden sufrir perdidas de valoración significativas en momentos donde la situación económica de un país o de una zona geográfica entra en recesión, situaciones en las que la liquidez del bien disminuye y hace que su venta sea más complicada a un precio razonable para su vendedor.
RÉCORD DE INVERSIÓN INMOBILIARIA
Según datos de CBRE publicados a finales de julio, España batió un récord histórico en inversión inmobiliaria en los seis primeros meses del año, con 9.870 millones de euros, superando en un 80% los volúmenes del mismo periodo del año anterior.
«Los volúmenes de inversión registrados en el primer semestre del año ponen de manifiesto que el sector inmobiliario en España continúa siendo atractivo para los inversores, incluso en un contexto macroeconómico cambiante. De todos modos, la volatilidad existente en el mercado nos llevará a seguir de cerca la evolución de la inversión a lo largo del segundo semestre», afirmó la directora de Research de CBRE España, Miriam Goicoechea.
En ese sentido, la plataforma de inversión inmobiliaria Inviertis ya avisaba en abril de que el interés en el mercado inmobiliario se había disparado un 400% desde noviembre, al convertirse un valor refugio para los inversores ante la incertidumbre generada por el contexto macroeconómico, la inflación y la guerra de Rusia contra Ucrania.
El inversor particular representa cerca del 80% del total de las inversiones inmobiliarias del mercado, según la plataforma, con perfiles que se corresponden con propietarios que necesitan vender un piso en alquiler o pequeños y medianos inversores que se refugian en la inversión inmobiliaria.
La directora ejecutiva y fundadora de Inviertis, Rebeca Pérez, señaló que los inversores «están retirando todo lo que tenían en bolsa y están invirtiendo en inmobiliario para conservar su patrimonio, una situación que se ha acentuado desde la invasión militar rusa en Ucrania».
De cara a los próximos meses, la gestora Abrdn explicaba hace unas semanas que es probable que los activos reales (y, por tanto, el sector inmobiliario) sigan gozando de buena salud y perspectivas por su protección natural contra la inflación.
EL ARTE, OTRO ACTIVO LÍQUIDO QUE ACTÚA COMO REFUGIO
La inversión en arte es otra de las opciones al alcance de altos patrimonios que actúa como valor refugio en épocas de incertidumbre como la actual: su carácter acíclico permite a esta clase de activo no verse afectada por los eventos macroeconómicos como sí lo hacen otras clases de activos como la renta fija o la renta variable.
No obstante, el tipo de obra por la que se apuesta cambia según el momento. Las obras de artistas vivos son la mejor apuesta en épocas de alta inflación, ya que tienen un mayor potencial de revalorización, mientras que si la subida de los precios es baja, lo ideal es apostar por artistas más consagrados.