Es, precisamente, la atomización de este sector la que no permite disponer de datos globales, pero que el incremento de la carga de trabajo es evidente lo confirma Eduard Krause, director general de Iberia Surplex, entidad dedicada a la compra de maquinaria industrial procedente de compañías liquidadas, que después vende a través de subastas online. “Ahora mismo hay una altísima demanda de bienes liquidados, sobre todo por parte de la industria del mueble”, señala Krause, quien prevé un pico mucho mayor de tarea en 2022, cuando se acabe la moratoria concursal.
El incremento de actividad de estas entidades dedicadas a las subastas les lleva a reclamar una regulación específica consistente, básicamente, en un registro de entidades especializadas validado por el Ministerio de Justicia. “Pedimos un registro, que existan auditorías que comprueben el software utilizado, los datos, la experiencia jurídica y demás. Antes, esto era un coto cerrado para unos pocos que se enteraban por los anuncios de los tablones en los juzgados, los conocidos como subasteros, y no puede ser que ahora se dedique a las subastas cualquiera”, manifiesta Joaquín Oliete.
La recomendación de los juzgados de lo mercantil de que, cuando se liquida una empresa, los activos que se pueden vender sean enajenados a través de subastas extrajudiciales es lo que “está provocando la proliferación de la actividad de empresas de enajenación de activos”, asegura Mayte Rodríguez, directora jurídica de Subastasprocuradores.com, portal perteneciente al Consejo General de Procuradores. “Los procesos de los concursos de acreedores que terminan en liquidación son larguísimos y los agentes especializados extrajudiciales los aceleran mucho”.
Uno de estos agentes es el Consejo General de Procuradores, que realiza subastas, sobre todo de inmuebles, a través del portal mencionado. La semana pasada firmó con la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) un acuerdo por el que esta compañía contará con el portal Subastasprocuradores.com para la gestión de las pujas de activos inmobiliarios en los procedimientos de ejecución hipotecaria. Las dos instituciones afirman que este acuerdo permitirá a Sareb acelerar la estrategia de transformación de las garantías inmobiliarias en los procedimientos de ejecución hipotecaria al acortar los plazos, reducirá los costes de las subastas y ampliará la posibilidad de adquisición a particulares.
Rubén García-Quismondo cree que el gran momento de las entidades especializadas llegará en los años 2022, 2023 y 2024, “porque ahora la economía española está zombificada en un porcentaje enorme y funciona lo de ‘no pago y no hay concurso”.